Astenia primaveral ¿Cómo combatirla?

¿Qué es la astenia primaveral?, ¿Cuáles son sus síntomas?, ¿A qué personas afecta más?, ¿Cómo combatirla?…, ¡Sigue leyendo para descubrirlo!

¿Qué entendemos por astenia?

Hablamos de astenia cuando sentimos una debilidad o fatiga que dificulta o llega a impedir a una persona realizar las tareas cotidianas que generalmente no suponen un esfuerzo.

La astenia no es una enfermedad, es un conjunto de síntomas que si se prolongan en el tiempo se debe buscar el origen ya que pueden estar alertando de una enfermedad.

La astenia primaveral por tanto es una sensación pasajera de falta de energía tanto física como psicológica sin ir unida a un sobreesfuerzo, que se produce durante el cambio estacional, sobre todo si este cambio se presenta de manera brusca con variaciones en la presión y la humedad.

Podríamos decir que se produce por una falta de adaptación a los nuevos cambios estacionales de luz, temperatura, horarios…

Síntomas de la astenia primaveral

Los síntomas son subjetivos y dependen de cada persona, pero con frecuencia se repiten varios:

  • Fatiga
  • Cansancio
  • Desgana
  • Debilidad
  • Dolor en músculos
  • Dolor en articulaciones
  • Dolores de cabeza
  • Sensación de mareo
  • Bajada de tensión
  • Falta de concentración y memoria
  • Fatiga mental
  • Pérdida de apetito o aumento de hambre
  • Cambios de humor
  • Trastornos del sueño desde insomnio hasta deseo constante de dormir
  • Falta de deseo sexual…

¿A quién afecta?

Puede afectar a cualquier persona, pero se ha visto que afecta más a mujeres que a hombres y año tras año va en aumento.

Hay ciertas características que pueden provocar cierta predisposición a sufrirla, entre los que podemos encontrar personas con una alta carga de estrés, ansiedad, sobrecarga laboral, poca actividad física, falta de contacto con la naturaleza…

¿Cómo combatir la astenia primaveral?

No podemos controlar si el cambio del invierno a la primavera será brusco o más paulatinamente, pero si podemos integrar en nuestra rutina, unos buenos hábitos de vida que ayuden a minimizar este estado de inadaptación o incluso hacer que no se produzca.

Dentro de las acciones que están en nuestro mano tenemos:

  • Sueño saludable: Intentar mantener un horario fijo de sueño, respetando dentro de lo posible las horas de luz.
  • Cuerpo activo: Practicar un deporte con regularidad, caminar siempre que sea posible, no permanecer mucho tiempo sentado en la misma posición…
  • Aire libre: No estar siempre entre 4 paredes, intentar contactar con el sol y la naturaleza siempre que sea posible.
  • Mente tranquila: practicar una técnica de relajación antes de dormir, controlar la respiración, preocuparse menos y ocuparse más.
  • Alimentación sana y equilibrada: Llevar una dieta saludable es fundamental, evita estimulantes, alcohol y otras sustancias que desajusten tus ritmos. No incluir en la cena estimulantes que impidan un correcto descanso y dejar tiempo entre la cena y el momento de dormir.

¿Cómo nos puede ayudar la alimentación?

Una dieta sana y equilibrada es fundamental:

  • Prioriza verduras y frutas
  • Añade grasas saludables a tus platos
  • Asegura la ingesta correcta de proteína
  • Toma alimentos de temporada
  • Intenta consumir alimentos los más natural posible, evitando procesados de mala calidad.
  • Correcta hidratación
  • Prioriza alimentos integrales
  • Asegura unos niveles adecuados de triptófano que nos ayudará a combatir la astenia primaveral (aquí puedes ver que alimentos son ricos en triptófano)
  • Adecuados niveles de magnesio, zinc, hierro, vitamina del grupo B y C

Entre los alimentos que nos ayudarán están los siguientes (ningún alimento es mágico, y lo importante es llevar un estilo de vida saludable y una alimentación equilibrada),

  • Frutos secos: nos darán energía, además de tener otras propiedades.
  • Legumbres: ayudan a reforzar el sistema inmune.
  • Frutas y verduras: nos aportan vitaminas y minerales
  • Plátano, avena, chocolate puro, higos, dátiles, semillas aportarán un chute de energía.
  • También podemos recurrir a otros suplementos como el ginkgo biloba, ginseng, te matcha…

Es necesario personalizar la dieta a cada caso y adaptarla a sus síntomas y requerimientos, si tienes cualquier duda con tu alimentación puedes contactarme.

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